Aumento del Salario Mínimo 2026 en Colombia: Qué cambia y cómo afecta a tu empresa

Este 29 de diciembre de 2025, el presidente Gustavo Petro anunció por decreto presidencial el incremento del salario mínimo para 2026, al no haberse logrado consenso entre trabajadores, empresarios y Gobierno en la tradicional mesa de concertación salarial.

¿Cuánto queda el salario mínimo para 2026?

Según el decreto presidencial:

• Salario mínimo mensual base: $1.750.905 COP

• Auxilio de transporte: $249.095 COP

• Total mínimo con auxilio de transporte: ~$2’000.000 COP mensuales

• Este ajuste comenzará a regir desde el 1 de enero de 2026.

Este aumento representa una variación significativa respecto al salario mínimo vigente para 2025 ($1.423.500 + auxilio de transporte), y responde a métricas de costo de vida, productividad y capacidad económica definidas por el Gobierno Nacional.

¿Qué significa este aumento para los empresarios?

1. Incremento directo en costos laborales

El componente más obvio es el impacto en la nómina. Las empresas que tienen empleados con salario mínimo verán un aumento automático en sus gastos fijos mensuales, no solo por el sueldo base sino también por prestaciones legales (prima, cesantías, vacaciones, seguridad social, entre otros).

Ejemplo de impacto en costos:

• Si 10 empleados reciben mínimo, el costo mensual adicional sólo en sueldos puede superar $3 millones de pesos al mes, solo en diferencia de salario.

  (Estimación ilustrativa basada en el incremento total proyectado).

📌 Esto es relevante incluso más allá del salario directo, ya que sobre este valor inciden prestaciones sociales.

2. Prestaciones y seguridad social aumentan proporcionalmente

No solo el salario base sube: prestaciones como primas, cesantías y aportes para salud y pensión también aumentarán proporcionalmente, lo que se traduce en más cargas sociales y mayores desembolsos para el empleador.

Esto afecta:

• Liquidación de nómina mensual

• Costos de prestaciones sociales acumulados

• Seguridad social (base de cotización más alta)

3.Productividad: más allá del salario, trae retos y oportunidades

Si bien un mayor ingreso laboral puede ayudar a mejorar el bienestar del trabajador y su poder adquisitivo, desde la perspectiva empresarial esto exige:

• Estrategias para aumentar productividad por trabajador

• Gestión eficiente de recursos humanos

• Revisión de procesos internos

Un salario más alto también puede potenciar la retención de talento, reducir rotación y elevar motivación interna, si se acompaña de una cultura sólida.

4. Pymes y microempresas: prever efectos en caja y flujo

Las pequeñas y medianas empresas suelen sentir más el impacto de ajustes salariales de dos dígitos porque:

• Tienen menores márgenes de utilidad

• Menos capacidad para trasladar costos al precio final

• Mayor presión en flujo de caja

👉 Para estas empresas es especialmente clave proyectar escenarios con diferentes tasas de aumento y planificar antes del cierre de 2025.

¿Qué pueden hacer los empresarios para adaptarse?

1.Planificación financiera temprana

Anticipa los costos para 2026 e incluye este nuevo salario en tus proyecciones de presupuesto y flujo de caja del próximo año.

2.Optimiza tu nómina

Revisa roles, responsabilidades y productividad. No se trata de reducir personal, sino de maximizar el valor agregado de cada colaborador.

3.Invierte en herramientas de gestión

Software de nómina, automatización de procesos contables y de RR.HH. pueden reducir errores y costos operativos.

4.Capacitación y productividad

Capacitar al talento para elevar su nivel de desempeño puede mitigar parte de la presión sobre los costos salariales, traduciéndose en mejores resultados.

5.Analiza aumentos de precios con criterio

Si tu empresa compite en mercados donde puedas trasladar parte del aumento de costos, hazlo con base en valor percibido, no solo en el costo incremental.

Conclusión: un reto que también puede ser oportunidad

Este ajuste del salario mínimo para 2026 —cercano a los $2 millones con auxilio de transporte— exige a los empresarios adaptarse e innovar en la gestión de personas y recursos.

Más allá del impacto inmediato en la nómina, es una llamada a repensar eficiencia, productividad y cultura organizacional, con miras a construir empresas más sólidas, justas y competitivas para el futuro.